Puede que el óxido no sea peligroso, pero de todos modos da muy mal aspecto a tu cortina de acero. Cuando se forma óxido, no solo puede hacer que se vean mal, sino que tampoco funcionarán tan bien.

Cuando el agua llega a la superficie de una cortina de metal y permanece allí durante días, el resultado es que puede tener lugar un proceso de oxidación y dejar la herramienta oxidada. Pero esto no significa necesariamente que tengas que cambiar tu cortina.  El óxido se puede quitar, siguiendo algunos consejos.

Lo primero es tratar de evitarlo La mayoría de nosotros solo pensamos en el óxido cuando ya está ahí, pero dado el principio de que más vale prevenir que curar, echemos un vistazo rápido a algunos de los pasos y mejores prácticas para evitar que se produzca óxido en primer lugar.

Mantener el metal limpio también es importante para evitar la corrosión y el óxido. Agregar una capa protectora al metal puede evitar que el oxígeno llegue al acero, ya que el agua solo llegará hasta el recubrimiento. Las grietas o rayones en el acero permitirán que la humedad penetre más profundamente dentro del metal y hará que sea más difícil eliminarlo, así que trate de mantener el metal libre de rayones y grietas tanto como sea posible.

El bicarbonato de sodio funciona bien en artículos con ligeras manchas de óxido. También funciona bien con objetos hechos de metal fino, como cuchillos. Para utilizar este método, simplemente mezcle suficiente agua con bicarbonato de sodio hasta que pueda formar una pasta espesa. Usa tu mano o un cepillo de dientes para esparcir la pasta por todo el metal, asegurándote de que las zonas oxidadas queden bien cubiertas.



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